La impresión digital es capaz de ofrecernos grandes ventajas en términos de flexibilidad, personalización y tiempos de entrega, pero para garantizar un resultado óptimo es fundamental preparar correctamente los archivos antes de enviarlos a imprimir. Un archivo mal preparado no solo puede causar retrasos (que lo hace), sino también incrementar los costes del servicio debido a posibles ajustes o errores en la impresión.
En este artículo, analizaremos los errores más comunes en la preparación de archivos para impresión digital y cómo evitarlos para asegurarte de que tus impresiones sean siempre perfectas.
1. Usar la resolución incorrecta de las imágenes
Uno de los errores más frecuentes en la impresión digital es utilizar imágenes con una resolución insuficiente.
Desde Banbury recomendamos que las imágenes tengan una resolución de al menos 300 píxeles por pulgada (ppi); de esta forma aseguramos una impresión nítida y de alta calidad. Utilizar resoluciones más bajas puede hacer que las imágenes se vean pixeladas o borrosas en el producto final.
Habitualmente vemos como los diseñadores descargan imágenes de internet o utilizar archivos diseñados para web; estos normalmente tienen una resolución de 72 ppi, adecuada para pantallas pero no para impresión.
Asegúrate siempre de que todas las imágenes y gráficos en tus archivos estén en alta resolución antes de enviarlos a imprimir, te ahorrará costes añadidos de última hora y retrasos en el producto no deseados.
2. Olvidar el margen de sangrado
¿Conoces el margen de sangrado? Es un área adicional de impresión que se extiende más allá del borde final del diseño.
Es un espacio vital para evitar que aparezcan bordes blancos que afeen el documento cuando se corta al final. Un error que vemos casi a diario es no incluir este margen de sangrado en los archivos, lo que puede provocar problemas durante el corte y acabar arruinando el diseño.
¿Cómo evitamos este error? Añadiendo siempre un sangrado de al menos 3 mm alrededor de todos los bordes del diseño. Esto asegura que cuando la persona encargada de la impresión realice el corte, no haya márgenes que afecten al resultado final.
3. No convertir los colores al modo CMYK
¿Descubrimos algo al decir que el color es una parte fundamental del diseño? Diría que no
Pues uno de los errores más habituales es enviar archivos en modo RGB en lugar de CMYK.
No te preocupes si no estás familiarizado con esta nomenclatura, no es para nada necesario; simplemente necesitas saber que el modo RGB está diseñado para pantallas, mientras que el CMYK es el estándar para la impresión. Si un archivo RGB se imprime tal cual, los colores pueden verse completamente diferentes a lo esperado.
Antes de enviar tu archivo, asegúrate de convertir todos los colores al modo CMYK. Esto te permitirá tener una idea mucho más precisa de cómo se verán los colores en el producto final y evitar sorpresas desagradables.
4. No incrustar las fuentes utilizadas
En caso de que tu archivo contenga texto, es esencial incrustar o convertir las fuentes utilizadas en contornos antes de enviarlo a imprenta. De lo contrario, si no tienen instalada la misma fuente, el sistema la reemplazará por otra predeterminada, lo que puede alterar completamente el diseño.
Para evitar este problema, asegúrate de convertir el texto en contornos (lo que habitualmente se conoce como "trazar fuentes") o incrustar las fuentes en el archivo PDF.
De esta forma garantizamos que el texto se vea exactamente como lo planeaste, independientemente de las fuentes instaladas en el equipo de impresión. .
5. Utilizar un formato de archivo no adecuado
Otro error común que habitualmente vemos es enviar archivos en formatos que no son compatibles con la impresión digital.
Mientras que algunos formatos como PNG o JPEG son útiles para su uso online, no los recomendamos para impresión debido a la enorme pérdida de calidad y otros problemas de compresión.
Desde nuestra experiencia, el formato más recomendado para impresión digital es, sin duda, PDF. Este conserva la calidad de las imágenes, incrusta las fuentes y mantiene las configuraciones de color. En caso de imágenes, puedes utilizar formatos como TIFF, ya que retienen la alta calidad sin comprimir.
6. Tamaño de archivo incorrecto
El tamaño del archivo es otra consideración clave en la impresión digital y que muchas veces solemos pasar por alto.
Enviar archivos con las dimensiones incorrectas (tanto muy pequeños como muy grandes) puede provocar que el diseño se vea desproporcionado o se corte de manera no deseada. Asegúrate de configurar correctamente las dimensiones del archivo de acuerdo con el tamaño final del producto impreso.
Por ejemplo, si estás diseñando un cartel tamaño A4, asegúrate de que el archivo tenga exactamente estas dimensiones (incluyendo el margen de sangrado), y no uses dimensiones arbitrarias que luego deban ser ajustadas por la imprenta.
7. Falta de comprobación de ortografía y errores tipográficos
Aunque pueda parecer algo básico, los errores de ortografía o tipográficos son más comunes de lo que se piensa en los archivos para impresión. A diferencia del contenido web, donde las correcciones son fáciles de implementar, los errores en los materiales impresos son muy costosos de corregir, ya que una vez impreso, no hay vuelta atrás.
Te recomendamos que revises exhaustivamente el archivo antes de enviarlo para asegurar que no haya errores tipográficos. Una forma de hacerlo puede ser pedir a otra persona que revise el texto, ya que un nuevo par de ojos puede detectar errores que pasaron inadvertidos.
8. No incluir marcas de corte y guías
Las marcas de corte son líneas que indican a la impresora dónde debe cortar el papel para que el producto final tenga el tamaño correcto. Si olvidas incluir estas marcas en tu archivo, el equipo de impresión tendrá que añadirlas manualmente, lo que puede causar retrasos o errores en el proceso.
Además de las marcas de corte, también es útil incluir guías de plegado si estás diseñando algo como un folleto o catálogo. Esto ayuda a garantizar que el producto se pliegue correctamente y que el diseño no quede fuera de lugar.
9. Ignorar el espesor de la línea
Las líneas extremadamente finas pueden parecer nítidas en la pantalla, pero no siempre se traducen bien en la impresión.
Diseñar líneas demasiado delgadas es posible que no se vean o que se impriman de manera inconsistente. Como regla general, asegúrate de que cualquier línea en el diseño tenga un grosor de, al menos, 0,25 puntos para garantizar que sea visible y consistente en la impresión.
10. No hacer pruebas de color antes de la impresión final
Uno de los pasos más importantes, y que a menudo suelen pasar por alto los clientes, es realizar pruebas de color antes de la impresión final. Las pantallas de ordenador no siempre muestran colores tal como aparecen en la impresión por lo que es recomendable realizar una prueba física que permita verificar como se ven los colores y hacer ajustes antes de imprimir todo el tiraje.
Como hemos visto hasta aquí, preparar correctamente los archivos digitales no solo garantiza un mejor resultado, sino que también ahorra tiempo y costes asociados a correcciones o reimpresiones.
Evitar estos errores comunes es clave para obtener un producto impreso de alta calidad, que represente fielmente tu marca o proyecto.
No es una tarea sencilla y requiere de múltiples pasos y chequeos para un resultado perfecto. Por eso, desde Banbury Arte ofrecemos asesoramiento experto en la preparación de archivos para que obtengas el mejores resultado.
Si tienes dudas o necesitas ayuda para optimizar tus archivos, déjanos tu email y te contactaremos para analizar tus necesidades y ofrecerte soluciones personalizadas que se adapten a tu proyecto.